El Ajedrez es un juego aparentemente estático que presenta múltiples facetas fascinantes. Es llamado el juego de la ciencia, en el que dos adversarios disputan sobre un tablero una contienda de cálculo y habilidad. Es considerado entre todos los deportes el único de espíritu. Más allá del placer intelectual que genera este milenario juego, se puede aprovechar en el campo educativo para desarrollar diversas habilidades mentales a través de la resolución de los problemas concretos. Fomenta el pensamiento crítico y requiere un buen nivel de atención que los niños alcanzarán con la práctica.